Después de los excesos del verano, todos queremos recuperar la figura cuanto antes, el problema aparece cuando queremos conseguir nuestro objetivo por la vía fácil y recurrimos a las llamadas “dietas milagro”, que prometen mucho pero el efecto rebote es devastador. Lo mismo sucede en las empresas, la contratación imprudente es el fast food de los recursos humanos. Si somos lo que comemos, ¿de qué se alimenta tu empresa?
¿Conoces el dicho de “eres lo que comes”? Pues podríamos decir que las empresas “son lo que contratan”. ¿Eres una empresa flexible con los horarios? Entonces, seguro que a tus empleados no están pendientes del reloj mientras trabajan. ¿Apoyas el desarrollo de la marca personal de tu plantilla? Pues muchos de ellos serán tus embajadores de marca sin pedírselo. ¿Que entre tus empleados hay muchas discusiones? Quizá haya llegado el momento de que la empresa empiece a fomentar el trabajo en equipo para dar ejemplo.
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Pero, ¿dónde podemos encontrar esos “ingredientes” que ayudan nuestra contratación y convierten nuestra empresa en un entorno sano y equilibrado? En la cultura de empresa, claro está. Como ya comentamos anteriormente, la cultura de empresa es la guía que ayuda a los empleados a tomar decisiones acordes a la misión y los valores de la empresa. Sin ella, puede que los trabajadores se la tomen por su cuenta y acaben tomando decisiones que distan mucho de la que verdaderamente queremos que sea la cultura de empresa.
Además, la cultura de empresa puede ser el gran aliado de Recursos Humanos durante la contratación de personal por tres motivos principales:
Atrae a profesionales con talento:
La cultura de empresa puede utilizarse como elemento diferenciador frente a la competencia durante la contratación de talento. De hecho, debido al cambio generacional, solo aquellas empresas con una cultura de empresa donde prime la autonomía, el desarrollo profesional y el feedback positivo serán capaces de captar y fidelizar a los millennials, la nueva generación que va camino de convertirse en la mayor fuerza de trabajo actual del mercado.
Una cultura flexible y que fomente el desarrollo profesional es muy atractiva para los millennials. Clic para tuitearAgiliza los procesos de selección:
Si tenemos muy claro qué tipo de empresa queremos ser, sabremos qué tipo de empleado queremos que forme parte de ella para ayudar a alcanzar los objetivos que nos hemos marcado. Haciendo las preguntas adecuadas durante la entrevista, podremos detectar qué profesionales están comprometidos o ilusionados con la empresa y quiénes no. Esto reduce considerablemente la interminable lista de candidatos que se apuntan a una oferta de trabajo, como también lo hace tomarse la selección del personal como si fuera un perfil de Tinder.
Si contratamos a profesionales que comparten los valores de la empresa, trabajarán mucho más felices y estarán más motivados, y eso finalmente repercute en una mayor productividad. Sin duda, invertir en una cultura de empresa vale la pena.
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Implica al empleado desde el minuto cero en la empresa:
Este sistema funciona por ambas partes. Al igual que el trabajador puede saber de antemano que sus ideales o sus valores encajan con los de la empresa, la empresa también ha dejado claros sus objetivos y expectativas sobre dicho empleado de antemano.
Esto quiere decir que, con toda transparencia, el trabajador sabe lo que se espera de él y conoce el modus operandi de la empresa, así que no tiene excusa para no trabajar acorde a los valores y los objetivos de su empresa. De hecho, está demostrado que los trabajadores trabajan más motivados si conocen sus objetivos desde el principio y si se sienten partícipes dentro de la empresa.
Con una cultura de empresa, el trabajador sabe lo que se espera de él desde el principio. Clic para tuitearEs tan simple como esto: si ofreces cosas mediocres, atraerás a trabajadores mediocres; y si contratas a empleados mediocres, te convertirás en una empresa mediocre.
Así pues, para combatir el efecto yoyó en nuestra empresa y darnos un atracón de empleados desmotivados, debemos identificar qué “alimentos” nos benefician más, tener siempre muy presente del motivo y los objetivos para no sucumbir a las tentaciones y, sobre todo, evitar los atajos para conseguir resultados rápidos, ¡con la salud de tu empresa no se juega!
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