El donut y otras formas low-cost de innovar

formas-económicas-de-innovar

Sí, has leído bien: formas low cost de innovar. Y es que está claro que un presupuesto generoso siempre ayuda, pero no es condición sine qua non para poder implementar pequeños cambios en la organización de nuestra empresa o incluso, en los productos o servicios que les ofrecemos a nuestros clientes. Pero he aquí nuestra duda: ¿cuáles son las formas más económicas de innovar en nuestra empresa?

Ya lo decía Paco Corma, experto en innovación, en su entrevista: “cualquier organización, incluso la más pequeña, puede generar innovaciones, especialmente las asociadas al modelo de negocio, ya que requieren de mínima inversión”.

Empecemos por el método más simple que nos puede ayudar a que se nos encienda la bombilla de la “innovación”: observar cómo los clientes utilizan el producto y qué aspectos del producto les generan más dificultades. Una queja sobre un aspecto en concreto del producto puede ser un buen punto de partida. Así fue como Heinz descubrió que la gente solía guardar el ketchup boca abajo o cómo un capitán holandés inventó el agujero del donut.

La curiosa historia del agujero del donut

Cuenta la historia que el capitán Hanson Gregory subió a bordo unos donuts que su madre le había preparado antes del viaje. Mientras el capitán y su tripulación disfrutaban de los donuts, una tormenta los pilló desprevenidos. Como necesitaba las manos libres para controlar el barco, el capitán decidió clavar el donut en uno de los salientes del timón. Su tripulación lo imitó. Con esto, no solo consiguieron una forma más ergonómica de sostener el donut, sino que eliminaron la parte central del donut, que siempre se quedaba cruda al cocerse.

Si tuviéramos que extraer una moraleja de ambas historias, podríamos decir que la innovación se debe enfocar en hacer el producto más fácil de usar, eliminar los inconvenientes actuales detectados por los clientes e introducir mejoras que le hagan la vida más fácil al consumidor.

El donut y otras formas low-cost de #innovar Clic para tuitear

Steve Jobs y su clase de caligrafía

Todos hemos visto el famoso discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford, donde Steve explica cómo una clase sobre caligrafía en su paso por la universidad le ayudó a diseñar el primer Mac de la historia. Básicamente, lo que nos sugiere esta historia es que nos expongamos continuamente a cosas nuevas y diferentes, porque nunca se sabe la combinación que nuestro cerebro puede hacer entre una idea nueva y una vieja

Y esto es importante no solo para los responsables de dirección, sino para toda la plantilla. Los empleados pasan una media de ocho horas en contacto y seguro que saben cómo mejorar o hacer más eficiente, si no en el producto final en sí, en el proceso de elaboración. Solo hay que darles la oportunidad de compartir estas ideas en un entorno donde no se sientan juzgados o criticados por hacerlo. Citando de nuevo a Paco Corma, “la innovación solamente existe si las personas son el centro, tanto como receptores del resultado final como de ser sus creadores o generadores”.

El diamante, una historia de amor para siempre

formas-económicas-de-innovar

Allá por el 1947, la agencia de publicidad N.W. Ayer & Son publicó un eslógan que daría la vuelta al mundo “A diamond is forever”, “un diamante dura para siempre” en español. Sin dudarlo ni un segundo, la empresa De Beers, que por aquel entonces tenía el monopolio de los diamantes, decidió lanzar una línea de anillos de compromiso con diamantes incrustados. ¿Y qué chica no querría lucir un símbolo de amor que durase tanto como un diamante? Darle un nuevo uso a tu producto también es otra forma de innovar. Como bien definía Jaime del barrio en su entrevista sobre innovación en salud: “Innovación, es todo cambio, no sólo tecnológico, basado en conocimiento, no sólo científico, que aporte valor no sólo económico”.

Las herramientas SaaS

En este caso no se trata de una anécdota, sino una verdadera tendencia. El 40% de las empresas que nacen en los últimos años utilizan exclusivamente herramientas SaaS. Estas herramientas están en la nube y solo pagas una pequeña mensualidad en la que incluye la licencia de uso, la herramienta siempre actualizada y el soporte. ¿Que no te gusta la herramienta? Simplemente dejas de pagar, ya que no tienes que amortizar una gran inversión. Así puedes tener las herramientas de formación más punteras, o aplicar juegos en la evaluación de desempeño. Herramientas que antes estaban al alcance de pocos, ahora están al alcance de todos.

 

¿Conoces otra forma low cost de innovar? ¡Déjanos un comentario!