Entrevista a Sara Mariner. Equipos de alto rendimiento

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Equipos de alto rendimiento: ¿has oído hablar de ellos? Pues quizá es lo que tu empresa anda buscando. Nos lo cuenta la coach Sara Mariner, autora del blog saramariner.com y licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia que posteriormente ha enfocado su carrera profesional a crear equipos de alto rendimiento (innovadores, rentables, motivados y sostenibles) en empresas de todo el mundo.

Entre sus títulos, constan un Master en Asesoría de Empresas por la Escuela de la Empresa (Valencia) y un Master en Coaching Personal y Ejecutivo y Programación Neurolingüística por la Universidad Camilo José Cela (Madrid) y es titulada en inteligencia emocional por Universidad Camilo José Cela (Madrid) y en gestión y motivación personal, profesional y de equipos (Nueva York, EE.UU)

Entrevista a Sara Mariner:

Te defines como coach de equipos de alto rendimiento. Cuéntanos, ¿qué es un equipo de alto rendimiento y qué necesita nuestra empresa para contar con uno?

Un equipo de alto rendimiento es aquel que está formado por personas motivadas, con un alto grado de satisfacción y que juntas son capaces de alcanzar un alto nivel de resultados, incluso, en ocasiones, superando los objetivos fijados. Estamos hablando de características como: compromiso, cohesión, motivación, metas y responsabilidades definidas…y liderazgo sobresaliente.

Mi trabajo en las organizaciones es descubrir y potenciar todas estas habilidades, logrando transformar grupos de personas en equipos de alto rendimiento. Lo consigo implementando mi metodología 3C: “Conocer-Cuidar-Crear”, que integra diversas técnicas y disciplinas tales como: gestión estratégica, mindfulness, coaching ejecutivo, técnicas para el bienestar y proceso creativo continuo.

Hace unos años, muy pocas empresas invertían en el engagement de sus empleados y, sin embargo, a día de hoy ya existen estrategias como el employer branding o la gamificación, que ayudan a las empresas a retener y motivar a sus trabajadores. ¿A qué crees que se debe ese cambio de mentalidad? ¿Qué ha pasado para que las empresas de hoy en día empiecen a apostar por sus trabajadores?

Cada vez más empresarios están siendo conscientes de que la innovación no es sólo invertir en máquinas, desarrollo de procesos, nuevas tecnologías e instalaciones inteligentes. Para que todo esto produzca beneficios son necesarias personas y equipos preparados y comprometidos con la misión, visión y valores de la empresa. Y además, estas personas necesitan contar con un entorno en la empresa, que les facilite ese compromiso, potenciando su crecimiento personal y su desarrollo profesional.

Mi experiencia trabajando en Estados Unidos, durante varios años, me ha permitido aprender y aplicar múltiples técnicas para facilitar el desarrollo y crecimiento de los trabajadores. Además, trabajando con empresas de diferentes países, observo a diario cómo la apuesta por los trabajadores es una apuesta segura para la empresa, ya que a cambio, aumenta su rentabilidad y competitividad de forma inmediata.

Apostar por los trabajadores es una apuesta segura para la empresa. Clic para tuitear

¿Qué les dirías a los empresarios que no quieren invertir en sus trabajadores porque “tienen otras urgencias de las que ocuparse” o “no pueden permitírselo”?

Los empresarios-líderes son conscientes de que las personas que forman la empresa son los que están en contacto directo con el cliente todos los días y por tanto, tienen información privilegiada y conocimientos actualizados, que son clave para la elaboración de los planes estratégicos de acción.

Realizar entrenamientos con la metodología 3C, nos permite trabajar en la 1ª fase de la misma: “Conocer”. Y desde aquí iniciamos un camino seguro para descubrir con qué personas cuenta la empresa, sus inteligencias múltiples, sus fortalezas, sus áreas de mejora y sus propuestas e ideas creativas. Sobre toda esta formación se cimienta la creación de un Equipo de Alto Rendimiento.

Las personas, trabajando en equipos de alto rendimiento son el motor que mueve las empresas y que permite la diferenciación, la innovación y el progreso continuo.

Las personas permiten la diferenciación, la innovación y el progreso continuo; no las máquinas. Clic para tuitear

Muchos jefes no quieren apostar por la innovación, principalmente porque no le ven el retorno y les genera mucho trabajo (sobre todo, la gestión del cambio con sus empleados). ¿Qué es más arriesgado: innovar y arriesgarse o no arriesgarse en absoluto?

Innovar es una actividad de riesgo, cuyo principal riesgo es no practicarla. Como coach de Equipos de Alto Rendimiento, necesito aplicar mi formación y experiencia multidisciplinar para poder comprender y potenciar todas las áreas de la empresa, internas y de su entorno. Estos proyectos de innovación deben financiarse adecuadamente, son una inversión que va a aportar rentabilidad a la empresa. Sacrificar la innovación para ahorrar costes es como parar el reloj para ahorrar tiempo.

Innovar es una actividad de riesgo, cuyo principal riesgo es no practicarla Clic para tuitear

Es necesario asegurarnos de que la innovación avanza por el camino correcto, que no solo la gerencia, sino los empleados a todos los niveles, son entrenados como innovadores. Todos los empleados deben participar en el proceso de innovación y para ello, necesitan tener acceso a los conocimientos y herramientas adecuadas. Y por supuesto, si queremos contar con una gran ventaja, con estos entrenamientos debemos conseguir embarcar a los clientes y proveedores de la empresa, para que participen activamente en el plan de innovación de la misma.

“La innovación no es cuestión de dinero, es cuestión de personas”, como bien apuntas en tu blog. ¿Qué claves son necesarias para que la gestión del cambio en la empresa sea beneficiosa para todos?

Es necesario aceptar que lo único inmutable es el cambio. Ir en contra de que haya cambio es ir en contra de la vida y el progreso. Empresarios, gerentes o responsables de equipos deben liderar el cambio, tomando la decisión y actitud de innovar.

Cuando realizo procesos de entrenamiento en las empresas, mi labor se dirige a potenciar todas las capacidades necesarias para que la innovación continua se produzca. Tras la fase de conocer, comenzamos la 2ª fase de la metodología 3C: “Cuidar”, trabajando: la motivación, el compromiso, la definición de responsabilidades, la comunicación positiva, la cohesión, la inteligencia emocional…, y empezamos a transformar en Equipos de Alto Rendimiento cada uno de los grupos de personas que conforman la organización. Con la metodología 3C, vamos implantando estrategias para que los cambios sean percibidos como desafíos y nuevas oportunidades de crecimiento personal y de empresa.

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Aunque los millennials valoran más el crecimiento profesional que el salario económico, la generación X sí que lo valora positivamente, no obstante, ¿qué le dirías a aquellas empresas que creen que el salario es incentivo suficiente para los trabajadores para adaptarse al cambio sin rechistar?

El salario adecuado es un factor de higiene no de motivación. Esto significa que el empleado que no recibe un sueldo adecuado se desmotiva pero ¡ojo! una vez el profesional cobra el sueldo adaptado a su responsabilidad y puesto, se puede pensar que aumentar el sueldo aumenta la motivación y no es así.

El sueldo no es un factor de motivación y tampoco una garantía de compromiso ni de innovación por parte del empleado. Los millennials parece que perciben el trabajo como un medio y no un fin en sí mismo y trata de evitar trabajos indeseados y le dan mayor importancia a su crecimiento profesional, a la sintonía de sus valores con los de la organización y al reconocimiento de su trabajo.

El sueldo de un empleado no es un factor de motivación ni una garantía de compromiso. Clic para tuitear

Según una proyección de la consultora Deloitte, en 2025, los millennials representarán el 75 % de la fuerza laboral del mundo. En los entrenamientos que realizo, debo tener  en cuenta todos estos cambios en los comportamientos de la nueva generación de: profesionales, clientes, consumidores y usuarios; que exigirá transformaciones en las empresas.

¿Cómo puede un jefe ayudar a cambiar la mentalidad de un empleado que no recibe con buenos ojos las críticas o no quiere cooperar para actualizar su responsabilidad en la empresa?

Para que un empleado quiera formar parte del cambio y asuma su responsabilidad, es necesario abrir o reforzar los canales de comunicación internos y trabajar para asegurarnos de que la persona está en el nivel de capacidades y desafíos adecuado en la empresa.

Llegamos a este punto, cuando no hemos trabajado las dos primeras fases de la metodología 3C, mencionadas anteriormente: “Conocer y Cuidar”. Una persona que no quiere cooperar, no se siente integrada, ni comprometida, ni valorada; no siente los colores y no se considera parte de un Equipo de alto Rendimiento, no ha comprendido el cambio como un reto que le va a permitir mayor satisfacción y bienestar. Con los entrenamientos se busca la alineación de objetivos y valores de la persona y la organización. Para ello es esencial la participación del líder, entrenado en dar feedback efectivo y no puramente crítica.

Para que toda la empresa sea un equipo de Alto Rendimiento, en los entrenamientos trabajamos el desarrollo de una mentalidad orientada a la excelencia, donde se espera que todos los implicados persigan alcanzar sus objetivos y estén en proceso de mejora e innovación continuo.

Y por último, ¿qué es para ti innovar, en el sentido más amplio de la palabra?

La innovación es la aportación de un nuevo valor a través de la creatividad aplicada. ¿Y qué es la creatividad? Pues me quedo con la definición que nos dio Albert Einstein: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Es aquí donde pasamos a implementar la 3ª fase de la metodología 3C: “Crear”. Con la fuerza y solidez que nos han dado las fases de “Conocer y Cuidar”, pasamos a realizar nuevos descubrimientos que nos permitan crear proyectos innovadores.

Me gusta la frase que dice: “Descubrir es mirar donde todos miran y ver lo que nadie ha visto.” Podemos entrenar a las personas a observar, a percibir y ver más allá de lo que parece obvio. Les podemos enseñar a hacerse preguntas, a plantear nuevos escenarios, a querer realizar nuevos descubrimientos, que les aporten valor a ellos mismos, a la empresa y al mundo.