Jaime del Barrio Seoane es licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina en la Universidad de Cantabria. En su brillante carrera profesional destacan sus once años como Director General del Instituto Roche, en Roche Pharma, así como su labor política como teniente alcalde del Ayuntamiento de Santander, diputado autonómico del Parlamento de Cantabria y Consejero de Sanidad y Servicios Sociales de Gobierno de Cantabria durante dos legislaturas completas.
Actualmente, Jaime del Barrio Seoane combina su pasión por la medicina y su interés por la innovación en la salud como Senior Advisor de Healthcare & Life Sciences en Ernst & Young; consejero independiente de Atrys Health y socio de DreamPath Diagnostics, ambas empresas innovadoras en el campo de los servicios diagnósticos y la automatización en laboratorios de patología.
Entrevista a Jaime del Barrio Seoane:
¿Cuál es la situación actual de la innovación en la salud comparada con la de otros sectores? ¿Crees que el enfoque innovador de los proyectos científicos dista mucho del enfoque en proyectos de innovación en otras áreas?
Con mucho dolor de mi corazón he de reconocer que en la innovación en la salud vamos por detrás de otros sectores, y es algo que sigo sin entender a pesar de haberlo intentado. En los últimos años he tenido la oportunidad de conocer otros sectores y constatar lo que digo. Paradójicamente, en el Sector Salud es en el sector al que están entrando más inversores no tradicionales en el mismo, conscientes de su potencial.
España ocupa los primeros lugares en todos los rankings mundiales en cuanto a producción científica biomédica se refieren, sin embargo, desciende a la segunda mitad de los mismos cuando se trata de su capacidad de innovación y he de recordar que esta en las empresas es un factor esencial para la competitividad económica no sólo de ellas, sino también de los países en los que se asientan.
Nuevas medidas en innovación, centradas en la valorización de los resultados de la investigación pueden representar una ocasión única para nuestro país en el Sector Salud.
Con tu dilatada experiencia ayudando a organizaciones de todo tipo a mantenerse competitivas, ¿qué crees que representa la innovación para las empresas: un capricho o una necesidad?
Para una empresa, la innovación es el oxígeno que la mantiene viva, si se limita a “ir tirando” se atrofiará y desparecerá. Siguiendo esta metáfora, si entrena, estará en condiciones óptimas adquiriendo el “músculo adecuado”, no sólo para hacer frente al día a día (cambios en el mercado motivados por tendencias, competidores, clientes,..), sino también, y esta es realmente la ventaja competitiva de la empresa innovadora, para cuando vienen mal dadas, puesto que ya estará entrenada (aflorando su potencial) para ello e incluso de la crisis hará su oportunidad. Hay tres ejes sobre los que en este momento pivota la innovación: educación, globalización e internacionalización.
Muchas empresas deciden innovar cuando no les queda más remedio y la competencia empieza a coger la delantera. ¿Es esto una buena solución? ¿Cuándo es el momento perfecto para una empresa invertir en innovación?
Cuando una empresa llega a la conclusión de ya no le queda más remedio que innovar porque la competencia tiene mejores resultados, probablemente no sepa lo que significa eso y no sólo necesite hablar de innovación, sino de plantearse el porqué ha llegado a esa situación, necesitará parar y hacer un análisis de situación más profundo, estudio del mercado, plan de acción… En definitiva, un nuevo plan estratégico en el que la innovación sea un elemento dinamizador, pero no es la solución en sí misma.
En innovación se debe invertir siempre y de manera continua, y en investigación, siempre que sea posible y si el sector y el mercado lo aconsejan. Innovación es movimiento, es vida, si una empresa no invierte en innovación está muerta.
Innovación es movimiento y vida, si una empresa no invierte en innovación, está muerta. Clic para tuitear
En innovación hay que invertir siempre, pero más cuando las cosas van bien. Cuando viene mal dadas, es difícil hablar de innovación, suele ser momento de gestionar crisis, aunque en su salida tenga cabida la innovación, las urgencias suelen ser otras.
Actualmente, la innovación es un término que está muy de moda entre las empresas, independientemente del sector al que pertenezcan. ¿Crees que la innovación debe formar parte del ADN de la empresa desde sus inicios o pueden innovar posteriormente a lo largo de su trayectoria?
Innovación tiene un componente de moda, pero también es una necesidad y también una oportunidad para quienes lo sepan ver. Es un proceso dinámico, permanente, es una cultura.
No concibo la innovación en una empresa como un departamento aislado sino como un barniz que la impregna en sentido vertical y horizontal y eso sólo se consigue si la dirección y los trabajadores hablan el mismo idioma. Cada trabajador es el mejor agente de su empresa. Tanto en el desempeño de sus funciones profesionales como más allá, está emitiendo señales verbales y no verbales sobre la misma que el entorno interpreta y sitúa a su empresa en un ranking.
Si la innovación no se acompaña de resultados se quedará en una moda pasajera, pero actualmente cualquier clasificación que consideremos sobre mejores empresas para trabajar según sus empleados coinciden literalmente con las de mejores resultados y las que dedican porcentualmente más a innovación.
Innovar es invertir en presente, pero sobre todo en futuro. Clic para tuitearHáblanos un poco más sobre la innovación en la salud dentro de una empresa, ya que tú has formado parte del equipo de innovación en empresas tan potentes como Roche. ¿Qué tipo de perfiles podemos encontrar en un departamento de innovación?
Un departamento de innovación, a mi entender, ha de ser en este momento el catalizador y dinamizador de la empresa, ha de contar con el total respaldo de la Dirección e incluso tendrá que asumir un papel un poco incómodo en sus propuestas, ya que muchas de ellas por su propio carácter innovador tenderán a sacar de la zona de confort a la organización.
A pesar de estar bien argumentadas y contar con la evaluación pertinente y sobre todo el valor cuantitativo y cualitativo evidente, la resistencia al cambio estará presente, al menos inicialmente. Por eso, en los equipos de los departamentos de innovación, encontraremos equipos multidisciplinares, pero eso sí, todos y cada uno de ellos, líderes en la empresa en sus respectivas responsabilidades.
No es tan importante la titulación de partida como la mochila que están dispuestos a compartir en un proyecto común e ilusionante.
Si “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando” como decía el gran Picasso, ¿la innovación también tiene que encontrarte trabajando?
La creatividad no llega si previamente no has experimentado e intentado, ideas y proyectos, eso sí, con metodología adecuada. Las empresas que no invierten en innovación lo tienen realmente muy difícil en un contexto donde la velocidad, la simplicidad y la globalidad marcan su hoja de ruta impulsadas por las nuevas tecnologías ligadas a internet.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas a la hora de innovar es, precisamente, gestionar el cambio con su equipo humano. ¿Cuál es un buen plan de acción para eliminar la reticencia de los trabajadores?
No hay una pócima mágica para dar a los trabajadores, ¿o sí? Igual si se sienten parte importante del proyecto no hace falta un plan de acción específico; a eso se llama comunicación, pero volvemos a lo de siempre, no es cuestión de un departamento, que también, sino de creérselo y hacerlo adecuadamente.
Si bien es verdad que hay que hacer planes de acción porque la resistencia al cambio es humana, las barreras que hoy nos parecen insalvables probablemente se analicen en las aulas en próximas generaciones. Tenemos el privilegio de pertenecer a generaciones que han saltado de lo analógico a lo digital, de un trabajo fijo para toda la vida a varias posiciones en diferentes empresas de diferentes sectores a lo largo de nuestro periplo profesional.
Aunque he de reconocer que hay sectores en los que estos cambios están costando más y me refiero al que más me toca, al biosanitario, y he de confesar que tras diferentes experiencias y numerosos debates al respecto sigo sin encontrar la razón de ello en un sector que siempre fue de los más innovadores.
¿Qué papel juegan los trabajadores de la empresa, pues? ¿Deben estar alineados con la empresa o un proyecto de innovación puede tener éxito aunque la plantilla no lo comparta?
El papel de los trabajadores en cualquier empresa es vital, no sólo fundamental, con ellos hay vida, sin ellos, están abocadas al cierre, es sólo cuestión de tiempo. Sí, ya sé, eso decimos todos pero de la teoría a la práctica… ¡Soy un convencido de ello! Y he conocido y vivido en primera persona ejemplos que avalan lo que digo. Los procedimientos, los procesos, la táctica o la estrategia son necesarias, pero sin las personas, triunfar es imposible.
También es verdad que en este momento los trabajadores hemos de adaptarnos más que nunca a los requerimientos del mercado global, rápido y competitivo, pero ojo, la tecnología es nuestra aliada, nunca nuestra sustituta. El conocimiento es lo único que no puede ser sustituido por máquinas.
Contamos con formación y seguimos adquiriendo durante toda nuestra vida profesional no sólo experiencia y contactos, sino también es el resultado del producto: competencias (conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes), compromiso y acción que nos hacen seguir siendo interesantes para la empresa, sino lo hacemos nuestro futuro es el “descarrilamiento”. Si lo hacemos y la empresa no cuenta con nosotros, es su problema, sin duda, seguiremos estando en el mercado y ella probablemente deje de estarlo, o seguirá malamente, por lo que tampoco nos interesa.
La era digital se caracteriza, entre otras cosas, por proporcionarle a los usuarios y a las empresas un sinfín de datos de casi absolutamente todo. ¿Cómo podemos utilizarlo a nuestro favor en la implantación y monitorización de los proyectos de innovación?
Efectivamente estamos inmersos en una cultura de los datos (no es una moda transitoria), el reto es que no hemos sido formados para ello, ni a nivel individual ni en nuestras organizaciones y las potencialidades tecnológicas van muy por delante de la realidad. Estamos generando cantidades inimaginables de datos (Big Data), que hemos de almacenar, clasificar, identificar su valor, trasladarlos a la vida cotidiana y todo esto exige: generosidad, transparencia, accesibilidad y globalidad.
La innovación, cuando hablamos de datos, no está en la cantidad de los mismos, sino en su calidad, en cómo organizarlos para que sean de utilidad a nivel individual y colectivo, permitiéndonos su evaluación continua. Gracias al Big Bata el Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión Europea crecerá un 1,9 adicional para 2020. Las nuevas tecnologías facilitan el camino a la innovación.
Y por último, ¿qué es para ti innovar, en el sentido más amplio de la palabra?
Hay muchas definiciones, pero quizás para mí, es algo tan sencillo y a la vez tan retador como “Innovar es el movimiento que te permite avanzar”. No basta con el movimiento per se, si no tiene un objetivo es pérdida de tiempo y energía, tampoco consiste en hacer sólo cosas diferentes, por la misma razón, pero si te permite avanzar en la dirección correcta (y lo sabes, evaluando continuamente), es que le has impregnado del valor necesario para ello. Con conocimiento, habilidades, competencias, contactos, acción y una dosis de creatividad, la innovación impregna nuestro día a día, ¡casi nada!
De entre todas las definiciones, una con la que mejor me identifico es la de la Fundación COTEC para la innovación: “Innovación, es todo cambio, no sólo tecnológico, basado en conocimiento, no sólo científico, que aporte valor no sólo económico”
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