Hoy analizamos la estrecha relación que existe entre liderazgo e inteligencia emocional a través de la entrevista a César Piqueras, coach ejecutivo certificado y CEO de Excélitas. Además de ser un profesional comprometido con la mejora de resultados y el liderazgo desde la inteligencia emocional, César es conferenciante, escritor de más de ocho libros sobre liderazgo y management y autor del blog cesarpiqueras.com, donde escribe diariamente sobre management, ventas y motivación de empleados.
Coach certificado como PCC por ICF y Coach senior por AECOP, está acreditado en el uso de distintas metodologías de desarrollo personal y de equipos y realiza conferencias y programas de desarrollo para empresas e instituciones de primer nivel como Cambridge University Press, Abertis, Harley Davidson y otras. También es docente en varias universidades y escuelas de negocio como ESADE, CEOE o Cámaras de Comercio.
Entrevista a César Piqueras:
Eres un claro defensor de los líderes emocionalmente inteligentes, es decir, aquellos que conectan con sus empleados y consiguen obtener resultados del trabajo en equipo. No obstante, todavía hay algunos jefes de empresa que consideran esta empatía emocional como “paternalista” y que no quieren crear lazos con sus trabajadores por si luego tienen que despedirlos. ¿Qué les dirías? ¿Es ser emocionalmente inteligente un signo de debilidad para un líder?
Lo que nos demuestran las investigaciones es que las personas trabajan mucho mejor en un ambiente de valoración, consideración, respeto y desarrollo que en un ambiente de crítica y poca empatía. Tenemos que tener en cuenta que las personas pueden trabajar para nosotros solamente con las manos o trabajar también con el corazón. Cuando una empresa crea vínculos emocionales positivos con sus empleados, estos le devuelven a la empresa compromiso, motivación y ganas de dar el 120%. En las empresas en las que los líderes carecen de inteligencia emocional se constata que hay más errores, rotación, absentismo, y sobre todo, menos ideas. No es que nos encaprichemos con la inteligencia emocional, es que cientos de estudios nos dicen que funciona tremendamente bien en el puesto de trabajo. Aunque a muchos les cueste entenderlo, los mejores líderes son las mejores personas.
En las empresas sin líderes emocionalmente inteligentes hay más absentismo y menos ideas Clic para tuitear.
Si hay algo peor para una empresa que un jefe arrogante, es que este tenga una venda en los ojos que no le permite ver que algo está haciendo mal. ¿Qué situaciones internas de la empresa debería analizar un jefe para detectar su problema de ego y dejar de echarle las culpas de su fracaso a los agentes externos (ej: la crisis, los empleados que se marchan…)?
La verdad es que esto es un problema para muchos jefes, y más problema todavía es quitarle la venda. Muchos cierran sus empresas con la venda puesta. En una ocasión un empresario me pagó mucho dinero para que analizara el problema de la empresa, y después de mucha investigación la conclusión era clara: “el problema es básicamente tu liderazgo”. Después de decírselo, le propuse que si quería, lo podíamos mejorar. Me dijo que no. A los tres años la empresa de más de 100 personas cerró.
Lo mejor que puede comprobar el jefe para darse cuenta de si tiene una venda en los ojos y está pasándose con su ego es ver cómo le van las cosas. Si hay demasiada tensión, rigidez y unas cuántas malas noticias en su vida, es muy probable que él o ella sean la causa. Pero muchos se dan cuenta después de una crisis tan grande que en ocasiones se lleva su vida por delante.
Siempre hablas de que hay que motivar en lugar de criticar, solo así conseguiremos crear un ambiente de excelencia, pero a veces se felicita de forma tan sistemática que el mensaje pierde valor porque puede parecer falso. ¿Cómo puede un líder felicitar y motivar a la plantilla sin que suene “de manual”?
Bueno, lo que hay que hacer es ser más humano, acordarnos de todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, observar y felicitar de forma sincera. A mi mujer le demuestro que la quiero todos los días, pero lo hago de muchas formas distintas, además de decírselo varias veces, ¡claro!, esto hace que nuestro cariño nunca sea monótono. Con los empleados viene a ser lo mismo, si alguien hace algo genial, ¿por qué no decirlo? Si alguien tiene una virtud ¿por qué no mostrarla?, si alguien necesita ayuda ¿por qué no ayudarle?
Al final hablamos de pequeños detalles, de sonreír, de valorar a las personas por el simple hecho de ser personas, de sacar el diamante que está oculto en cada uno de ellos, no conozco otra manera. “Deja a cada persona mejor que cómo la encontraste” esta tenía que ser la misión de un líder.
Nos parece muy potente esta idea que comentas: “lo que más desmotiva a un empleado es ser ignorado”. ¿Qué importancia tiene el feedback en el entorno laboral y cuáles son las maneras más eficientes de hacérselo llegar a un trabajador?
Tiene una importancia crucial porque sin feedback la desmotivación aparece en poco tiempo. La forma más efectiva de hacer que ese feedback llegue es mediante conversaciones individuales. El feedback ha de ser concreto, positivo y con aspectos a desarrollar y también ha de ser un elemento que ayude al trabajador a ser mejor. La mayor parte de feedback que se da no es concreto y, generalmente, demasiado crítico. Tiene un efecto desmotivador. La humildad es un tema que muchos líderes han olvidado, pero desde un feedback humilde, sincero y apreciativo las personas crecen. Aprender a dar feedback es una tarea pendiente como puedes imaginar.
El feedback ha de ser concreto, positivo, motivador y constructivo | Entrevista a @cesarpiqueras Clic para tuitear
Muchos jefes no quieren apostar por la innovación, principalmente porque no le ven el retorno y les genera mucho trabajo (sobre todo, la gestión del cambio con sus empleados). ¿Cómo podemos ayudar, tanto a jefes como a empleados, a enfrentarse al miedo de la innovación?
Lo ideal sería que no pudieran vivir sin innovación. A muchos les pasa que cuando su empresa está agonizando se empiezan a dar cuenta. La innovación hoy en día no es algo puntual, ni tan siquiera debe de estar apartado del core, es una cuestión que todos tenemos que adoptar profesionalmente, mejorar sin parar, evolucionar, adelantar a los demás, hacerlo distinto…
La mejor forma de ayudar a las personas a las que les da miedo la innovación es mediante los resultados de la no-innovación. Cuando las cuentas de resultados se estancan, cuando cuesta demasiado trabajo vender, cuando parece que estamos estables, entonces es cuando estamos a punto de morir. Innova o innova, no hay otra. Si a alguien le cuesta innovar y no quiere hacerlo, debería pensar en vender su empresa mientras todavía tenga algún valor.
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Tampoco hay muchos jefes que crean rentable invertir sus recursos humanos. ¿Qué les dirías a los empresarios que no quieren invertir en sus trabajadores porque “tienen otras urgencias de las que ocuparse” o “no pueden permitírselo”?
Lo que no es rentable es no invertir en las personas. Tenemos que pasar de la mentalidad del recurso humano a la mentalidad de las personas. Cuando se piensa en las personas como meras manos que ejecutan un trabajo estamos haciendo que el futuro de la empresa esté comprometido, sin ideas ni motivación. Cuando las personas son personas, entonces existe ilusión, compromiso, pasión y mucha vinculación positiva al proyecto.
Lo que no se suele tener en cuenta es el coste de no hacer estas inversiones. También tenemos que quitarle el miedo al empresario: es mejor formar a un trabajador y que se vaya de la empresa que no formarlo. Hasta que no se interioriza esto, las empresas suelen jugar en tercera regional.
“Muchas empresas mueren por la pasividad de sus empleados”, coincidimos al 100 % contigo: un ambiente mediocre no solo frena el crecimiento de tu empresa, sino que genera un malestar entre los trabajadores donde se crucifica a los que son proactivos. ¿Cómo debe actuar un líder si detecta esta situación en su empresa?
Tiene que hacer un plan de mejora ambicioso, porque la cultura se ha contagiado de pasividad y esto pasa factura rápido. En el plan de mejora el primero será él o ella, tiene que preguntarse, ¿qué estoy haciendo yo para que mi equipo sea pasivo?. Luego tiene que tomar decisiones, entre ellas prescindir de personas que actúan de forma tóxica y que no son fácilmente recuperables, seguidamente crear un plan de cambio cultural que involucre a toda la empresa, y contando con la ayuda de alguien externo, por supuesto.
Para luchar contra la pasividad en tu empresa, ejecuta un plan de mejora ambicioso. Clic para tuitear
A veces las personas ya entran con esa actitud, entonces es cuando tiene que cuestionarse la política de selección de personas. Todavía hay muchas empresas que seleccionan por currículum y por una entrevista que hacen personas poco experimentadas en detectar a personas más reactivas o pasivas.
Y por último, nuestra pregunta de rigor, ¿qué es para ti innovar?
La vida es toda ella innovación, no concibo mi vida ni mi trabajo sin evolución constante. Me aburre la monotonía, y por lo tanto, quiero cambiar las cosas la mayor parte del tiempo. Sé que cada vez que hago algo nuevo a nivel empresarial nos cuesta dinero, pero todo eso que hago nos da futuro. En mi día a día, una gran parte del tiempo no trabajo para el presente, sino para el futuro, eso es innovar. Los 250 artículos que escribo cada año, los uno o dos libros que se publican, los más de 100 vídeos en mi canal de Youtube no proporcionan recursos de forma inmediata, son innovaciones que no producen beneficio, pero que aseguran el futuro además de mantener a mi mente siempre muy afilada y mi cerebro en modo ganador.
Si alguien me demostrara que algo en este mundo no cambia ni evoluciona, entonces dejaría de innovar, pero la innovación es una palabra vacía, porque somos eso. Al igual que somos felicidad, somos innovación. Quien no lo quiera ver puede esperar a rozar la ruina material y espiritual con la mano. Si algo funciona, cámbialo. Cuesta de comprender esta frase, pero cuando lo haces descubres la cantidad de verdad que esconde.
Innovar es trabajar para el futuro, no para el presente. Clic para tuitear